14 de febrero de 2013

JUGUETES PARA NIÑOS

Aveces nos preguntamos si es permitido que nuestro hijos jueguen con muñecas, osos de peluche... Este texto es un buen ejemplo para nuestras preguntas:

Imagen de cute, bear, and teddy Si encontramos un tipo de figuras tridimensionales que no se hacen para ser respetadas o ser exhibidas como una muestra de vida sublime, pues las advertencias anteriores y prohibiciones no se aplican. El Islam no rechaza estas figuras ni considera dañino su uso. Los juguetes de los niños, como los muñecos con forma humana o animal, caen en esta categoría. Aisha, esposa del Profeta (B y P), dijo: "Solía jugar con muñecas en la casa del Mensajero de Dios (B y P) y mis amigas solían venir a jugar conmigo. Solían esconderse cuando veían venir al Mensajero de Dios (B y P). Pero él estaba de hecho muy contento de verlas conmigo. Así, pues, jugábamos juntas" [121] 

Aisha también narró: "Un día, el Mensajero de Dios (B y P) me preguntó: '¿Qué son estos?'.`Mis muñecos' respondí. '¿Qué es este aquí en medio? 'preguntó. `Es mi caballo' respondí. ¿Y que es lo que tiene sobre su lomo? ' preguntó. ¡Alas!' dije. '¿Un caballo 
con alas?' preguntó. '¿No has oído que Salomón, el hijo de David, tenía caballos con alas?, dije. Entonces el Mensajero de Dios (B y P) rió tanto que pude ver sus molares" [122]. 

Los muñecos mencionados en el hadiz anterior son los mismos con los que los niños juegan, pues Aisha era muy joven cuando se casó con el Profeta (B y P). Al Shaukaní dice que estos hadices son suficiente prueba de la permisibilidad de que los niños jueguen con figuras tridimensionales similares a las estatuas (muñecos de forma humana o animal). Se cita que el Imam Málik vio una vez a un hombre comprando muñecas para su hija y lo desaprobó; pero el Qadí Aüad dice que está permitido que las niñas jueguen con muñecas [123]. 

Esta permisibilidad se aplica también a las figuras hechas de dulces para ocasiones festivas, porque son usadas sólo como alimento.

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Fuente: 
Libro: lo lícito e ilícito en el Islam. 
Dr. Yusuf Al-Qaradawy 
Traducción: Lic. Isa Amer Quevedo